En Heraldo de Aragón hablando de rankings
2017-10-13
Hace unas semanas me escribió David Navarro, del Heraldo de Aragón, para hablar de rankings.
Los rankings son típicamente un motivo que utilizan algunos sectores para criticar a la universidad sin darle muchas vueltas al tema. Creo que algunos articulistas dejan ya su pieza preparada para cuando salga aprovechando para hablar del estado lamentable (en su opinión, claro) de la universidad española.
Los tristes atentados de este verano en Barcelona redujeron la atención de este año hacia el tema (que sale sistemáticamente en medio del mes de agosto, en el caso del ranking de Shanghai).
No era el caso de este reportaje y el resultado salió el domingo pasado en la versión de papel del diario; puede leerse (espero), por ejemplo, en [PDF] Universidad. Modelo incomprendido.
Allí se reflejan parte de mis palabras y, como las preguntas fueron hechas y respondidas por correo me tomo la libertad de reproducir mis respuestas íntegras:
La primera pregunta era por la notable bajada en el ranking (más de cien puestos) en poco tiempo:
La segunda era sobre la importancia que debemos concederle a un ranking en el que aparecen universidades privadas y muy caras.
La tercera pregunta era sobre lo que tenemos que mejorar:
Además de mis respuestas aparecen las de algunos compañeros de la universidad como Javier Campos, Elías Cueto y Francisco Marco.
Aunque es un tema sobre el que se lo justo y me preocupa más la parte de 'negociar' con la sociedad estes temas, no es la primera vez que hablo de rankings, en una ocasión estuvimos hablando un rato sobre el tema con Daniel Sanz, en 101 con @fernand0 hablando sobre ranking de universidades.
Esta entrada apareció originalmente en En Heraldo de Aragón hablando de rankings.
Los rankings son típicamente un motivo que utilizan algunos sectores para criticar a la universidad sin darle muchas vueltas al tema. Creo que algunos articulistas dejan ya su pieza preparada para cuando salga aprovechando para hablar del estado lamentable (en su opinión, claro) de la universidad española.
Los tristes atentados de este verano en Barcelona redujeron la atención de este año hacia el tema (que sale sistemáticamente en medio del mes de agosto, en el caso del ranking de Shanghai).
No era el caso de este reportaje y el resultado salió el domingo pasado en la versión de papel del diario; puede leerse (espero), por ejemplo, en [PDF] Universidad. Modelo incomprendido.
Allí se reflejan parte de mis palabras y, como las preguntas fueron hechas y respondidas por correo me tomo la libertad de reproducir mis respuestas íntegras:
La primera pregunta era por la notable bajada en el ranking (más de cien puestos) en poco tiempo:
Parece que se debe a un cambio de los parámetros que se miden. Cuando las medidas se basan en unos pocos indicadores cambiar un indicador por otro diferente puede provocar estos cambios.
Tampoco hay que desdeñar la influencia de la financiación, que ha decrecido durante un número de años por efecto de la crisis. Un cambio de cien posiciones en una lista de 12.000-15.000 universidades que puede haber en el mundo es relativamente pequeño.
La segunda era sobre la importancia que debemos concederle a un ranking en el que aparecen universidades privadas y muy caras.
Primero decir que sí, que tenemos que tener en cuenta los ranquins. Tanto este como los otros que se publican: nos permiten conocer los aspectos que se consideran relevantes y cómo nos situamos frente a otros. Sería desastroso que en las medidas que se consideran a nivel mundial estuviéramos totalmente fuera porque significaría que ni siquiera estamos haciendo lo que se supone que tenemos que hacer. Y hay bastantes universidades que lo están, no lo olvidemos.
Sin embargo, yo creo que el no hay que fijarse tanto en el modelo privado/público, porque distintos países eligen modelos diferentes y eso no debería impedir establecer comparaciones. O caro/barato, porque hay cosas muy caras que no son buenas y otras muy baratas que son estupendas. El debate tendría que ver, en mi opinión, con la financiación y el contexto. Si miramos el ranking, algunas de las universidades de la parte alta del ranking tienen un presupuesto mucho mayor que el de nuestras univeridades. Pero esa financiación no proviene solo de esos supuestos precios de las matrículas (caros) sino también de empresas que apuestan decididamente por financiar a la universidad para que desarrolle con ellas proyectos. La financiación pública es la que es pero, desde luego, en nuestro entorno la financiación privada es casi testimonial (con excepciones).
La tercera pregunta era sobre lo que tenemos que mejorar:
Tenemos que mejorar en comunicar mejor a la sociedad el valor que tienen los rankings,lo que miden y su signficado. También ser capaces de decidir si los parámetros que miden son los adecuados para nosotros como sociedad y en cuáles queremos mejorar y cuáles no son tan importantes.
Finalmente, ser capaces de convencer a nuestro tejido empresarial de que la inversión en la universidad es beneficiosa para la sociedad en general y para las propias empresas en particular.
En los últimos años hemos mejorado en la eficiencia, aprendiendo a gestionar mejor la financiación que recibimos. Tenemos pendiente mejorar nuestra estructura, que nos permita hacer más cosas y mejor.
Además de mis respuestas aparecen las de algunos compañeros de la universidad como Javier Campos, Elías Cueto y Francisco Marco.
Aunque es un tema sobre el que se lo justo y me preocupa más la parte de 'negociar' con la sociedad estes temas, no es la primera vez que hablo de rankings, en una ocasión estuvimos hablando un rato sobre el tema con Daniel Sanz, en 101 con @fernand0 hablando sobre ranking de universidades.
Esta entrada apareció originalmente en En Heraldo de Aragón hablando de rankings.